La riqueza musical de Cartagena es equivalente a riqueza histórica: la fusión cultural de migrantes europeos, árabes y esclavos africanos dio como resultado una mezcla de ritmos amenizados por tambores y gaitas.

Con el pasar del tiempo, estos ritmos fueron sincronizándose cada vez más, sobre todo en los sectores marginados de la ciudad donde asumieron un ritmo tan característico al que se le bautizó como champeta. 

La champeta es la representación armónica de ritmos africanos, caribeños y criollos. Sus letras cuentan historias de pobreza, desigualdad social e incluso romance, que por mucho tiempo permanecieron invisibilizadas de la sociedad colombiana y que encontraron un medio artístico a través del cual exponerse.

Es igual de sorprendente y atractiva la danza de este ritmo, al punto que la champeta como baile se ha consolidado como uno de los focos del turismo cultural en la ciudad. El movimiento de caderas, la sincronía con las piernas y la picardía de la misma ha despertado un verdadero interés por la cultura ‘champetera’.